Como de costumbre, una imagen, un pequeño detalle hoy ha llamado mi atención. Hoy le ha tocado a la luna. Si yo ya de por si estaba pensativa cuando vi la luna, casi llena, desde el bús, me puse a pensar aun más y como no, dije, pues esa sera el tema de mi post de hoy.
Pues eso, que empece a divagar y se me ocurrieron cosas como la soledad en la que vivía la luna, que nunca se había quejado, que nadie le rendía cuentas ni le pedía explicaciones, excepto los hombre-lobo, los locos o los marineros.
Y pensé que yo quería ser así, como ella, feliz en mi mundo, rodeada de estrellas (personas) sin rendir cuentas a nadie.
Que nadie me pregunte donde he estado cuando hay luna nueva o que donde me he dejado mi otra mitad cuando es cuarto menguante, y porque no, que también alguien me felicite cuando estoy creciendo.
No se si lo que he escrito tiene mucho sentido, solo se que una, quiero decir otra, de las cosas con las que me puedo quedar embobada y no darme cuenta siquiera de donde estoy es cuando miro a la luna, de hecho, tengo varias fotos hechas a la luna, aunque la que os dejo no es mía, es una que me encontre en la pagina de un grupo heavy a propósito de la canción hijo de la luna de Mecano, que este grupo versionó.
Besos!
Bea.
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